Hay una ciudad en México donde converge la tradición, el color, el sabor, la música, la danza y la fiesta: Oaxaca es sin duda embajadora cultural de México. Fundada en el siglo XVI, la ciudad de Oaxaca se levanta al cielo con imponentes edificios barrocos de cantera verde, muestra de ello es el templo de Santo Domingo, todo aquel viajero que visita la ciudad, debe contemplar la belleza que hay en su exterior e interior. Caminar por su centro histórico es toda una experiencia, quedaras maravillado al ver como en un solo lugar ocurre la magia. Déjate envolver de su arquitectura colonial, visita la Alameda y deleita tus oídos con música de bandas tradicionales Oaxaqueñas, en tu camino encontraras librerías, restaurantes, artesanía, galerías, te sorprenderás cuando veas alebrijes y te enamoraras de los bordados y textiles de manufactura local. Tu sentido del gusto tendrá un festín, la amplia variedad gastronómica de Oaxaca encanta a los paladares mas exigentes, prueba el mole negro, las tlayudas, los chapulines, la cecina y el tasajo, los puedes encontrar tanto en los restaurantes mas cosmopolitas de la ciudad como en los mercados tradicionales, el Mercado Benito Juárez es una parada obligatoria en tu viaje. Puedes visitar las zonas arqueológicas cercanas a la ciudad, Monte Alban cuidad Zapoteca te espera para dar un viaje por el México prehispánico. Durante el año Oaxaca se engalana con celebraciones donde las manifestaciones culturales se desbordan por sus calles. Una de ellas es la Guelaguetza en el mes de julio donde las regiones oaxaqueñas dan cátedra de sus tradiciones, danzas y espectaculares trajes típicos. Otra celebración imperdible es el Dia de Muertos, vivir un día de muertos en Oaxaca es toda una experiencia mística. Oaxaca logra construir un puente entre la vida y la muerte a través de sus tradiciones. En esa celebración la atmosfera comienza a llenarse de aromas, incienso, mole negro y chocolate. Tus pupilas se deleitan de un banquete de colores, el naranja de cempasúchil adorna los arcos de las ofrendas, el papel picado se mueve al viento como anunciando la llegada de los difuntos, se escucha la música, señal de fiesta, el corazón de los habitantes de la ciudad late al ritmo del recuerdo eterno con el que manifiestan su amor a los seres que murieron. Los altares listos para dar la bienvenida, se sirve el mezcal…que inicie el festejo. La noche de los rábanos, las calendas, las bodas…todas forman parte de una fiesta sin fin. Para poder describir la grandeza de Oaxaca se tiene que experimentar, camina por sus calles, prueba sus sabores, obsérvala, escúchala, siéntela……Oaxaca se quedará en tu corazón